Desde hace más de cincuenta años, Dunkin´Donuts ofrece café y sus
conocidos bollos agujereados o rellenos de apetitosos sabores. El negocio,
fundado por William Rosenberg, ha llegado a transformarse en una de las
franquicias más exitosas de nuestro tiempo. Comenzó con el nombre de Industrial
Luncheon Services para abrir su primer establecimiento bajo la marca “Open
Kettle”. Se limitaba inicialmente a servir comidas preparadas y cafés con snacks para el desayuno. Ya en 1950, el
nombre original se sustituyó por el actual de Dunkin´Donuts y la venta se concentró
en los productos más demandados: donuts y café. Poco o nada más habría cambiado, si a su
sombra no se hubieran ido multiplicando los establecimientos de su más directa
competencia, nacida en Seattle: Starbucks Coffee. Mientras Dunkin´Donuts apostaba
por la funcionalidad ambiental, la moderación en los precios y la rapidez en el
servicio, Starbucks Coffee exhibía su sofisticada decoración, su atmósfera
elitista y sus altos precios. Es evidente que existen partidarios de ambos
conceptos: por un lado, los que prefieren la clásica simplicidad del paraíso de
los donuts: no buscan una experiencia especial, sino terminar su consumición y
marchar por la puerta o llevarse su pedido. En el polo opuesto, los amantes de Starbucks,
que pagan un precio elevado por un café con una concentración de cafeína
también superior y disfrutan de un ambiente relajado, música selecta, conexión inalámbrica
a internet, prensa… Para intentar imponerse en este mercado, las dos marcas
agudizan su ingenio mercantil y buscan ofrecer la fórmula de más éxito sin
renunciar a su particular estilo. Dunkin´Donuts ya exploró nuevos campos con la
creación de un curso universitario propio o con la venta de café en grano y
trata de incorporar nuevas posibilidades que funcionan en la competencia, como
una decoración más atractiva, tarjeta de cliente, especialidades saladas o café
granizado. Starbucks, por su lado, se asocia con Hewlett-Packard para ofrecer un
servicio de descargas musicales en sus establecimientos. La lucha sigue abierta
y ambas cadenas tiene claro que el café hace tiempo que dejó de tomarse solo:
con valor añadido sabe mucho mejor.
Transformar una determinada marca en franquicia, tiene el
gran atractivo de conseguir extenderla en poco tiempo y con una inversión
mínima
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