El anuncio televisivo de
la lotería del 22 de diciembre, es ya una tradición más que nunca
falta cuando llegan las fechas navideñas. En los últimos años, la
propagación viral de las campañas gracias a Internet y a los
teléfonos móviles, ha favorecido que el impacto de estas campañas
publicitarias se incremente de un modo espectacular. Así ha ocurrido
también en 2014, con el anuncio del bar y una entrañable historia
sobre la importancia de conservar la ilusión y nuestros sentimientos
más nobles. El spot ha sido creado por la agencia Leo Burnett, sin olvidar la labor previa del director de fotografía Jon Díez Domínguez.
Pero echemos un poco la vista atrás. Hace no demasiados años, el icono asociado a estos anuncios de lotería no era otro que el añorado “calvo de la lotería”, el actor británico Clive Arrindell. Aún recordamos varias campañas en las que el protagonista personalizaba con acierto, la suerte, la magia y la ilusión asociadas siempre a este sorteo.
Un caso especial ocurrió
en la Navidad de 2013. En esta ocasión, el anuncio protagonizado por
artistas del mundo de la música -Monserrat Caballé,
Raphael, Bustamante, Marta Sánchez- no despertó el sentimiento habitualmente
buscado, sino que terminó por ser parodiado y versionado de todas
las maneras posibles, incluida una divertida adaptación al género
de terror. Aunque tal vez no se consiguieron las reacciones
inicialmente buscadas, el resultado final fue un eco imparable que
inundó todos los medios de opiniones, comentarios y réplicas para
todos los gustos.
La lotería del Niño,
cuyo sorteo se celebra en enero, nos ha dejado también interesantes
ejemplos repletos de talento, en muchos casos basados en el humor y el ingenio.
Son
todas ellas campañas que han calado hondo a nivel popular, que se
han compartido y comentado. En definitiva, se trata de anuncios que
han conseguido el ansiado objetivo de transmitir el mensaje y lograr que se recuerde. Si ese recuerdo lleva a la compra de un décimo y si
ese décimo nos acerca al Gordo, serán ya harinas de otro costal.