Aunque los envases no son elementos propiamente de merchandising, al margen de su función protectora tienen una gran
importancia por su poder de atracción, que puede llegar a influir en que el
comprador elija ese producto y no otro muy similar con un envase menos cuidado
o peor diseñado.
En ocasiones, se relacionan hábilmente con el producto que contienen y
consiguen destacar por su diseño y por su funcionalidad. Es el caso por ejemplo
del ideado para la marca de bombones Alibi Toque Praliné. Su forma y textura
recuerda a las de un gorro de pastelero, sus grabados dorados en relieve le
confieren poder de atracción y exclusividad. El sencillo sistema de apertura y
cierre en forma de pétalos de flor, le proporcionan además una comodidad de
uso poco frecuente.
La marca Alhambra, innova con una lata de cerveza con papel protector en la parte superior, para preservarla de la suciedad y garantizar la higiene y la pureza natural de la bebida. Se ofrece así el beneficio de poder beber directamente del envase con una mayor tranquilidad: “De Alhambra a tu boca”
El atractivo diseño desplegado en algunos envases, comienza también a
saltar al propio código de barras. En una reciente edición del festival de
Cannes, el león de titanio se concedió a las innovadoras ideas de la agencia
japonesa Design Barcode, por su ingenioso hallazgo al transformar un elemento
hasta el momento estandarizado y aburrido, en un icono relacionado con el
producto.
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