Muy
pocas personas son capaces de reconocer que la publicidad influye en
sus decisiones de compra, aunque la realidad es que todo consumidor,
aún sin ser consciente de ello, es susceptible de alguna manera al
mensaje creado por el publicitario. Tampoco es fácil que se
reconozcan las ventajas o beneficios de la publicidad.
¿Cuánto costaría un periódico si no llevara publicidad?
Detrás
de cada anuncio hay mucho tiempo y dinero gastado en investigación
para conseguir poner en marcha los mecanismos de estimulación de un
grupo previamente elegido de consumidores. En las agencias de publicidad saben qué decir, cómo decirlo, dónde y cuando decirlo y
cuanto gastarse en hacerlo. Los anuncios no son tan inocuos como
podríamos pensar, y son creados para derribar o atravesar las barreras establecidas por la mente del espectador y para soltar los
frenos al consumo.
Si la
publicidad crea necesidades o tan sólo las alimenta, si es un REFLEJO de las sociedades o un MODELO para ellas, son viejos debates
con una difícil conclusión. En cualquiera de los casos, si el
camino creativo elegido es respetuoso y estimulante, poco habrá que
objetar.