La lotería “del
Niño”, utilizó para promocionar el conocido sorteo de comienzo de año un spot cargado de humor y también de
emoción. Por encima de algunas críticas recibidas acerca de la banalización del
concepto (el Niño Jesús pasa a convertirse en cualquier niño anónimo), la
agencia Vitruvio Leo Burnett centra sus esfuerzos creativos en desarrollar una
pequeña aventura que acaba por ganar nuestra sonrisa. En un gran supermercado,
un bebé de poco tiempo pero que ya anda por sí mismo, escapa a la atención de
su madre, ocupada en hacer la compra. Los bebés constituyen símbolos muy
atractivos en los mensajes publicitarios. Al adentrarse en uno de los pasillos,
el niño fija su atención en una enorme torre de latas grandes apiladas. Podría
tratarse de latas de cinco litros de aceite. Se dirige hacia la torre mientras
la madre permanece distraída y los espectadores contienen la respiración, con
el corazón en un puño mientras observan que el bebé se acerca más y más a la
frágil estructura de pesadas latas. Ya está servida la emoción y el interés que
toda pieza publicitaria debe contener en mayor o menor medida. La resolución
del spot es ejemplar y provoca una
sensación de alivio inmediata y una inevitable sonrisa. En uno de los últimos
planos se observa la torre intacta a excepción de un hueco en el mismo centro
de su complicado equilibrio. Para terminar, desde detrás del hueco vemos al
niño alejándose hacia la madre arrastrando la lata mientras se sobre-impresiona
el titular: “La suerte del niño”, con la fecha del sorteo y el logotipo de
Loterías y Apuestas del Estado. El recuerdo de esta pequeña historia y su
asociación positiva hacia el producto anunciado están casi garantizados.
Otro anuncio muestra a un hombre en
plena tarea de limpieza de su vehículo. Concienzudamente se afana en lavar y
sacar brillo a todas las partes del coche, poniendo especial cuidado en que
quede reluciente y como nuevo. Le vemos pendiente de revisar que todas las
zonas hayan quedado perfectas, de arriba abajo, desde las ruedas a los espejos
retrovisores, pasando por las llantas y toda la carrocería. Cuando está
terminando, una voz en off lanza el
mensaje humorístico que relaciona la imagen con la idea que se quiere
transmitir: “Está claro que sabes limpiar. ¿Por qué no haces lo mismo en casa?”.
Se trataba de una campaña del Instituto de la mujer para la concienciación en
el reparto de las tareas domésticas realizada por Propaganda Producciones.
En otra piezas humorísticas de este estudio y del mismo realizador,
podemos ver como ING Direct contrasta la libertad y flexibilidad de sus
hipotecas con aquellas en las que tras la firma parece que el cliente se
hubiera casado con el gestor del banco que le atiende, mostrando tras la
inmediata firma de los documentos toda la parafernalia de la boda, lanzamiento
de arroz incluido. Provoca también la sonrisa el mensaje de Santander Central
Hispano, clasificando las hipotecas de maneras tan simbólicas como en Hipotecas
Cebolla (que nos hacen llorar), Hipotecas Gato (se necesitan siete vidas para
pagarlas) o Hipotecas Luna (siempre tienen una cara oculta).
Visionlab utilizó el humor de este estudio de realización para anunciar
sus gafas de sol graduadas. La relajada postura de un chico joven tumbado en la
playa tomando el sol con sus gafas graduadas, se convierte en demostración
cuando un giro aparentemente arbitrario
de su cabeza, evita con precisión el desagradable regalo que un pájaro envía desde
las alturas.
Son ejemplos concretos de cómo el ingenio aplicado en ideas sencillas
pero muy efectivas, puede ayudar enormemente a que se recuerden un mensaje y
una marca.
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