Esta marca
americana de helado de gran calidad, ha conseguido extender el consumo
estacional de un producto claramente asociado con los meses de calor, a lo
largo de todos los meses el año. Pero eso es sólo parte de su éxito. También ha
logrado crear una categoría nueva de helado de lujo, con sofisticados sabores y
combinaciones y seleccionados ingredientes. Se percibe la marca en un nivel
alto y se paga por un helado un precio que no mucho tiempo atrás habría
resultado exagerado. Una publicidad atractiva con connotaciones eróticas ha
reforzado la imagen asociada al placer de unos helados verdaderamente
deliciosos. Ahora tampoco resulta extraño que una sola persona consuma en su
casa individualmente, o en buena compañía, tarrinas de litro de helado de alguna
afortunada asociación de sabores (strawberry cheescake, cookies&cream,
banana toffe…). El product placement (colocación estratégica del producto en el
entorno cotidiano en el que se desarrolla la película) en las superproducciones
de Hollywood, también ha contribuido a estimular estos hábitos de consumo.
Para
rastrear los inicios de Häagen-Dazs hay que remontarse al siglo pasado, a los
primeros años veinte en Estados Unidos. Fue entonces cuando Reuben Mattus, un
joven emprendedor que trabajaba en el negocio familiar de helados, tuvo la
acertada visión de tratar de crear el mejor helado del mundo. Para ello,
utilizaría solamente ingredientes de la mayor calidad y pureza. history
El
negocio familiar prosperó y experimentó un continuado crecimiento hasta los
años sesenta, cuando Mattus decidió crear una nueva empresa dedicada por entero
a desarrollar su idea de helados de gran calidad. Eligió un nombre que evocara
el concepto de tradición artesanal: Häagen-Dazs.
Inicialmente,
se crearon sólo tres sabores: vainilla, chocolate y café. La pasión por la
calidad de Mattus le llevó pronto a incorporar sabores procedentes de puntos
muy distantes de la geografía. Sus recetas únicas de chocolate oscuro belga y
vainilla de Madagascar se convirtieron muy pronto en exitosos sabores para
deleitar los más finos paladares. Rápidamente, sin necesitar de la beneficiosa
ayuda de la publicidad, la marca se desarrolló y consiguió una fiel clientela,
que comenzó a extender de palabra las excelencias de unos helados de
elaboración especialmente rica y cremosa.
En un
principio, los helados sólo estaban disponibles en las tiendas de gourmet de la
ciudad de Nueva York, pero ya en 1973 podían encontrarse a lo largo y ancho de
todos los Estados Unidos. En 1976, la hija de Mattus abrió la primera tienda de
Häagen-Dazs, que tuvo un éxito inmediato y permitió la rápida expansión de
muchas otras tiendas por todo el país. En 1983 Mattus accedió a vender
Häagen-Dazs a The Pillsbury Company que se comprometió a mantener la filosofía
de calidad e innovación con la que la empresa se fundó. Desde entonces hasta
ahora, su implantación global ha alcanzado ya 54 países, manteniendo la misma
cuidada elaboración que en los inicios, sin olvidar una vocación clara por la
innovación. En base a esta tendencia, se han ido introduciendo cada año nuevos
y originales sabores en helado y también en sorbete. Como una de las últimas
novedades, sabores estacionales como Marsala Fig, un helado en edición limitada
para el otoño e invierno, con higos frescos y vino de Marsala.
Copyright Imagen: Häagen-Dazs
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